jueves, marzo 23, 2006

Así es mi mundo

¿Cómo puedo saber si mi mundo rodea a los demás o el mundo de los demás me rodea a mí?

Cada quien ve y hace las cosas como, cuando y donde quiere, solamente hay que estar plenamente seguros de que si lo que tú haces te llena a ti y no lo haces para quedar bien con la sociedad.

Un día por ahí me preguntaron, no no mejor dicho me dijeron que describiera mi mundo; realmente no supe contestar hasta este momento.

Y ahí estaba yo con un color azul, uno rojo, otro naranja y el último amarillo.

El color azul siempre esta presente en las “batallas”, pues como me dijeron el martes, “no es la guerra, para eso falta, esto apenas es una batalla”, con fuego o sin él se pueden pasar fiebres de 40° pero estar ahí, al pie del cañón, como el dragón que cuida a su castillo y no le va a dar la espalda.

A veces es difícil entender un color tan controversial, el rojo, ¿tímido, siempre con algo que decir y no lo dice, noble, frío?, nadie sabe, sólo acude cuando lo necesitan, no le pide mucha ayuda a los otros colores pues eso de los favores no es lo de él, sólo esta presente ahí mostrando que sus ojos son la mejor arma para decir que es lo que le pasa y que es lo que sabe o puede dejar de saber, brillando o no pero siempre con una pregunta a la deriva.

Este color esta presente en las tristezas y en las desilusiones de la vida, pero no por eso hay que perder la ilusión y el sueño de las cosas. A veces se pierde la luz, pero al final siempre esta esa piedrita que se puede mover para encontrar el rayito de luz que tanto se necesita, como esperanza o como lo quiera ver cada quien, sólo hay que saber buscar para poder encontrar.

Por fin aquí tenemos al amarillo que con ese dedo con el que a veces se puede ser cruel, y que a veces puede ser la serpiente que escupe ese veneno tan ponzoñoso que puede llegar a “matar” y que nadie quisiera ser; cuando se le da la gana una que otra vez puede demostrar esa poca o mucha sabiduría que se tiene, pues cuando se tiene ganas de que la demás gente aprenda lo hace y lo puede llegar a lograr a costa de lo que sea y quiera. Pero he aquí que cuando llega el silencio, no hay quien lo haga hablar.