jueves, abril 06, 2006

Pues eso dicen…

Dicen por ahí que todo lo que haces influye en los demás, que si la ropa, que si la música, que si los amigos, y entre el que si… y tú toma de decisión, ya estás más involucrado que nada.

¿Cómo es que la gente quiere entender al “mundo” o a su vecino si apenas se está “entendiendo a sí mismo”? Eso de ser uno mismo no es cierto porque siempre estás en constante cambió sin perder la esencia.

Nadie sabe que vaya a pasar al otro día que despiertes, simplemente tratas de ser tú y ya, lo difícil es que la gente acepte el hecho de que tú o él o ella o quien sea es diferente a ti. Muchas veces es difícil aceptar que te digan “raro”, llega un momento en el que te acostumbras y cuando llega alguien nuevo y te lo dice es como si te hubiera contestado el saludo; una vez alguien contestó: “no será que el raro, aquí eres tú”.

Uno se siente feliz cada vez que habla con ese alguien que sabe que lo va escuchar, pero como es posible que ciertas situaciones de la vida te hagan ser como eres cuando todo lo tienes en tus manos.

En México, verle la cara a los demás es sinónimo de astucia, al parecer es una parte de la filosofía del mexicano que tal vez estaría bien cambiarla. Unos piensan que la escuela te da toda la educación pero pienso que desde tu casa la traes y en la escuela te terminas de hacer. La escuela de la vida es la más fuerte y difícil, pero esta te ayuda todos los días para desarrollarte.

Hayq ue recordar que uno no nace sabiendo.

Nunca vamos a dejar de estudiar, de vivir o simplemente nunca dejas de aprender.

Hay que vivir lo que sigue y para poder crear lo que seguirá.